Un capricho de Figuig
Nuestro bautizo pastelero en el blog. Nos ha costado meternos en harina, no es nuestro fuerte y aunque el acabado no es lo deseado, el resultado final ha sido delicioso, eso sí... una autentica bomba gastronómica, calorías por un tubo.
Esta, es una tarta típica de los oasis del sur y especialmente del de Figuig, luego os hablo de ello.
Ingredientes
Dátiles de calidad
175 grs de harina
1 cucharadita de canela
175 grs de almendras molidas
175 grs de mantequilla
70 grs de azúcar glass
1 piel de limón
3 yemas de huevo
Una pizca de sal
Para la crema de almendras
100 grs de mantequilla
100 grs de azúcar glass
100 grs de almendras molidas
Una pizca de canela
Una pizca de clavos de olor molidos
1 huevo
Empezaremos quitando las semillas de los dátiles y cortando por la mitad, reservamos. Tamizamos el harina, mezclamos con la canela, las almendras molidas, el limón rallado y la sal. Trabajamos la mantequilla (pomada) con el azúcar cuando la tengamos homogénea mezclamos con el harina y el resto de ingredientes. Trabajamos esa masa, nos quedará una mezcla gruesa, arenosa, añadimos entonces las yemas de los huevos. Continuamos amasando hasta conseguir una masa más fina. Reservamos en un bol tapado con film y reservamos una media hora. Sobre una superficie enharinada, estiramos la masa, colocamos en un molde al gusto, dejando reborde y pinchamos el fondo con un tenedor. Le damos un primer horneado a 180ºC durante unos diez minutos. Hacemos la crema de almendras, mezclando todos los ingredientes, incorporamos el huevo al final, amasamos. Colocamos dentro de la masa que teníamos reservada. Disponemos los dátiles al gusto. Espolvoreamos con el azúcar y horneamos de nuevo otros veinte minutos a 180ºC. Dejamos enfriar antes de servir y os recomiendo hacerlo con un Oporto o cualquier otro espirituoso. No hace falta recomendar ser comedido con las raciones.
Entre 200.000 palmeras datileras
Ya os había hablado de Figuig aqui, aunque de una forma más romántica.
Hace apenas unas semanas que esas doscientas mil palmeras, han dado sus frutos. Todo un mundo se abre a través de cooperativas y los productos y los derivados se multiplican, tanto en los siete ksares que pueblan el oasis como en los zocos cercanos. Dátiles de primerísima calidad y de varias especies, carnosos, dulces como el arrope y cargados de vitaminas y proteínas.
Encabeza este blog una cita de Amin Maalouf refiriéndose a León el Africano, pues bien, el mismo León el Africano (El Hasan ben Mohammed el-Wazzan ez-Zayyâti) relata en su obra más emblemática, Description de l´Afrique y concretamente en el tomo 6º, lo que encuentra al llegar a Figuig. Lo hacía en busca del territorio Numidia y sus habitantes, los númidas y actual bereberes.
Un lujo de detalles, describiendo las diferentes etnias que en el oasis habitaban, los mismos númidas, árabes, la población negra hartanis, judíos, los nobles chorfas o las cofradías de marabouts. Nos relata la estructura del oasis, la ubicación de sus poblados (ksar) los sistemas de riego, con sus foggaras (canales subterráneos la kharrouba, el sistema intel¡gente y sobre todo ecuánime del reparto de agua y, como no podía ser de otra manera, nos habla de sus palmeras y sus dátiles Se piensa, que el palmeral de Elche, es hijo de descendencia directa del de Figuig, al igual que el famoso Indalo de Almería, ya que en los ricos yacimientos rupestres de la zona, se han encontrado los mismos grabados.
En fin, solo nos queda suspirar cuando se piensa en Figuig, una de las ciudades con más historia del país, entrada de las actuales dinastías y lugar olvidado, lejos de los circuitos turísticos masificados y con una idiosincrasia propia, donde se cultivan los mejores dátiles del país.
Feliz fin de semana.