Cocinar con rosas secas {Warda}
Es habitual en el visitante, al ver en tiendas de especias grandes sacos de rosas secas, pensar que estas, van destinadas a temas ornamentales más que gastronómicos. Pues no, nada más lejos de la realidad.
Son muchas las elaboraciones que se realizan con las rosas secas, tanto con los pétalos como con la flor completa. Son muchas las aplicaciones, en todo oriente y también en Marruecos, donde en el conocido Valle de las Rosas y capitaneado por la Kelaa Mgouna, se recolectan rosas damasquinas de mucha calidad y que siglo tras siglo, se han posicionado en todos los mercados.
Pero instintivamente al hablar de rosas, no podemos dejar de inclinarnos por Taif, un oasis de Arabia Saudita, en la provincia de la Meca, que es, donde se cultivan las rosas más espectaculares del mundo, compartiendo espacio con higos y uvas, también, de una calidad sorprendente. Flores fragantes, que se recolectan de madrugada, en los meses primaverales y que acabarán en establecimientos de lujo de medio mundo y destinadas a clientes como Chanel, Yves Sanint Laurent o Guerlain. El lugar es espectacular y ese oasis, reúne todos los condicionantes en los que se piensa en eso, en un oasis en medio del desierto. En el lugar incluso luchó Lawrence de Arabia en 1917.
Aunque hablando de la rosa damasquina, que es la especie que se utiliza tanto para secar como para elaborar diversos productos, no sería justo olvidarnos de Kazanlak, en el corazón de Bulgaria, donde fueron importadas de los mejores jardines de Asia y donde, en la actualidad, después de Taif, es un referente mundial en el mundo de ese tipo de flores.
Lo más habitual con las rosas secas, es elaborar jarabe o sirope, que no debemos confundir con la conocida agua de rosas ya que esta es un destilado que nace a partir de las flores frescas, también se pueden elaborar confituras, pétalos escarchados, incluso licores, podremos elaborar azucares o sales aromatizadas. No debemos olvidar que estas flores, solo deben secarse al sol, un proceso simple aunque laborioso ya que debemos airear continuamente las flores a fin de evitar hongos.
Hoy os presentamos un sirope, muy fácil de hacer, acompañante perfecto de helados, yogur e incluso para pastelería, también ideal para acompañar el té o el café.
Warda sirope
Podemos elaborarlo con dos sistemas diferentes, aunque nos inclinamos por el primero:
En medio litro de agua, cocemos a fuego medio 250 grs. de flores y 400 grs de azúcar esta cantidad variará dependiendo del gusto y la textura que queramos obtener, normalmente para esas proporciones de agua/rosas se utiliza casi un kilo de azúcar pero el resultado final es de una melaza demasiado espesa, donde las flores pierden un poco de protagonismo. A continuación continuamos con el hervor hasta que el azúcar esté completamente disuelta, dejamos cocer a fuego lento durante unos quince minutos, colamos y dejamos enfriar. Listo. Bien guardado en un recipiente estanco, nos durará meses.
Otra formula:
Se trata de hacer una infusión con las rosas, para ello sumergiremos las flores en agua hirviendo y dejaremos infusionar durante un par de horas o hasta que el agua esté completamente fría. Aparte hacemos un almíbar con el agua y azúcar restante, mezclamos con el agua de la infusión previamente colada. Listo.
Buena semana.