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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Fouar o Lmbahar. El arte de recibir



Fouar o Lmbahar. El arte de recibir

Y con nosotros…llegaron las nieves, las primeras de la temporada, al Atlas, a un lugar de esos anónimos que tanto y tanto nos gustan de este país. Las primeras nieves, mezcladas con un sol penetrante, lluvia, frio y calor. Cosas del Atlas.

Llegamos invitados, dispuestos a celebrar el Aïd. Una fiesta, todo sea dicho de paso, que nos resulta un poco cruel, miles, millones de animales, mueren a la misma hora, convertidos en festejo, pero bueno, eso es harina de otro costado, para matizar largo y tendido, no procede.

Allí estaban, esperándonos. Todo listo, todo preparado, era fiesta grande, era el Aïd. Con la alegría del que recibe a invitados. Llenos de buenos propósitos y dispuestos a compartir con amigos, su momento, su día especial. El arte de recibir. Gracias.

Amazighens, bereberes del Alto Atlas, pertenecientes a una tribu anónima, o no, eso no importa ahora, de las más hospitalarias de la cordillera y dentro de sus moradores, estos, nuestros viejos amigos, hospitalarios con matrícula de honor. Muchos años, muchos de relación, de hombres y mujeres que conocimos de niños, con ancianos que conocimos más jóvenes, con nuevos recién llegados, con accesos muy difíciles que ahora, se han convertido más cómodos, no sin menos dificultad. Nada ha cambiado.

En casa de nuestros amigos, se come de lujuria, cocina tradicional, la de siempre, pero elaborada con muy buena materia prima y con mucha destreza y dedicación.

El menú consistió en los ya conocidos pinchos boulaf, asados a la lumbre en la cocina, mientras, en el exterior a algo más de dos mil metros de altitud, la nieve hacia acto de presencia.
Los tés se multiplicaban, mientras, se hacía el pan, humeantes tajines rghalmi con diversas partes del animal, se cocinaban lentamente encima de la estufa de leña que antes había sido un bidón de pintura.

Comida y más comida. Finalmente, el plato grande el Fouar o Lmbahar, el costillar del cordero y las partes más nobles, cocinadas al vapor. Tan solo agua, sal, comino y tiempo, mucho tiempo, al estilo bereber. Mouna, nuestra anfitriona, preparó unas tafeta, una especie de tortas de calabacín rallado con huevo, otras iguales de patata, otras de calabaza, otras…

El resto, como de costumbre, fluyó como fluye todo cuando estás en buena compañía, con buena gente. Buena conversación, risas y recuerdos, mientras fuera, seguía nevando tímidamente.

Gracias a Maouna, Itto, Baha, Ismail, Moulay, Akka, Fatima, Khafita…por haber compartido vuestro día con nosotros.

¿Sabías que?

En Marruecos, cuando hayas terminado de comer y quieras dejar claro que no deseas repetir bastará con chuparte los dedos.






16 comentarios:

  1. Pues si!! me gusta mucho leeros, casi casi sois mi primera lectura matutina. Me fascinan vuestras tradiciones, recetas, vivencias...cada día se aprende algo nuevo. Bss

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  2. un placer leer vuestras cronicas/turisticas/gastronomicas,
    siempre se aprende algo nuevo de un pais encantador,curioso lo que significa chuparse los dedos
    saludos

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  3. Que maravilla! y que envidia que me dais. Sana , pero envidia al fin y al cabo.
    Entiendo lo de la hospitalidad, no la encuentras así en otra parte. Es tener poco o casi nada y compartirlo todo contigo. Cuanto tenemos que aprender! y que lecciones de vida que nos dan.

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  4. Que se come de lujuria? ... que definición tan exquisitaaaa! yo creo que me chuparía los dedos sólo empezar! pero pediría más!! jajaja... Besotes de la Vaca!

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  5. Imposible explicarlo mejor, el arte de recibir, que no es poco. También conozco esa hospitalidad de la que hablas, es una de las grandes virtudes de Marruecos, al igual que Manu, también os envidio por poder vivir esas gratas experiencias lejos de arquetipos "tipos" y otros topicos faranduleros. Nosotros, los canarios, también tenemos sangre bereber. Cada día me gusta más vuestro trabajo. Felicidades

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  6. Otro relato que me ha transportado allí, casi he podido oler el humo de esa lumbre y ese comino cociendo con el cordero, magnífico, como siempre!!!!!!!!!!
    Por cierto, con vosotros nunca me chuparía los dedos, siempre quiero más ;-)
    Besitos

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  7. Me sumo a los anteriores comentarios...

    Ésas recetas que tanto me gusta leer (y probar) sólo pueden ser superadas por estas entregas tan particulares sobre la vida en marruecos "desde dentro" y con vuestra particular óptica.

    También contribuís a alegrar mis mañanas y a que los días empiecen como en una especie de ensoñación maravillosa.

    Saludos!!

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  8. Que bonitos reportajes! Me encanta ver la visa de otras culturas vista desde dentro....besos.

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  9. Cuando miro a mi alrededor y veo como esta "el patio", ciertamente me preocupa y me indigno (palabra que ahora esta de moda), leeros no solo me invita a ver que existen otros mundos y realidades sino que haceis olvidarme de todo el mal ambiente que corre por aqui.
    La entrada de hoy desprende mucho cariño.

    Saludos

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  10. Me encanta esta entrada. Transmite muchas cosas buenas...Y me están entrando ganas de volver a Marruecos...

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  11. Es una fiesta con un gran componente simbólico, como bien dices un "pelín" cruel para nasotros pero para ellos una fiesta memorable! cuánto aprendemos con estos postS! enhorabuena

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  12. Para chuparse los dedos GENIAL

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  13. Qué final tan bonito con la última foto!. una imagen que habla por sí sola de la amistad y el cariño.
    Me imagino el fouar desprendiendo todo su aroma y me encantaría haber probado la tafeta. Tendrías que ponerla algún día en el blog porque esa mezcla de calabacín, patatas y calabaza me ha tentado.
    Me emociona saber que en el mundo hay zonas donde la amistad está por encima de todo y hay esa ilusión de compartir y celebrar. Siempre me queda un delicioso sabor de boca cuando os leo. Besos

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  14. Que bonito y que generosidad ya no sólo por compartir su alimento sino su intimidad, su cultura y costumbres y eso es un privilegio.
    Enhorabuena de nuevo por enseñarnos que efectivamente hay otros modos de vida que para mí creo que son más acertados.......
    Gracias por vuestras líneas y es que mi hija de 5 años cada día me reclama más mi tiempo.Sus tareas, actividades, el trabajo, la casa y además tengo otros hobbies como irme andar,yoga-meditación y reiki por lo tanto tengo que darle a cada cosa su rato.
    Bsos

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  15. jejejeje me hizo gracia lo de chuparte los dedos, qué curioso, no tenía ni idea!

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